miércoles, 11 de agosto de 2010

Pasión Vega y Miguel Poveda: El Rumbo de tus Pasos





Una de esas joyas que he escuchado y disfrutado más de una vez pero de repente pasado el tiempo cobra un nuevo sentido.


Los autores son Paloma Ramírez y Alejandro Martínez, merecen que se les cite porque se han marcado una joya tan delicada y hermosa que sólo la voz de estos dos artistas podía engarzarla. Como dice alguien en los comentarios del vídeo, puro caramelo.


"Si acaso un día pasaras por aquí cerca
perdóname el desorden de mi mundo.
Te encontrarás siempre la puerta abierta
para pedirte el resto de un segundo."









Pasión Vega y Miguel Poveda: El Rumbo de tus Pasos


No es el momento de cambiar el rumbo de tus pasos
ni de pedirte que me dejes el recuerdo de un abrazo.
Temes de nuevo que el abrazo lleve al beso.
que ese beso te traicione y no te deje partir.


Te miro ausente cómo andas repartiendo impunemente
en mío y tuyo los sueños que agonizan en presente.
Porque el pasado y el futuro se diluyen
mientras me dices adiós.
Y tú me dices adiós.


Si acaso un día pasaras por aquí cerca
perdóname el desorden de mi mundo.
Te encontrarás siempre la puerta abierta
para pedirte el resto de un segundo.


Si tú me dieras lo que te sobra de un beso
si me regalas lo que dura una mirada
si me dejaras...


Si me dejaras al menos todo eso,
si me dejaras al menos todo eso
podría tenerte a ti, sin tener nada.


Hoy yo me beso y me lamo las heridas que me dejas,
me son queridas quizás porque marcan tu recuerdo...
Perdóname, mi amor, si me me olvida
acompañarte lentamente hasta la puerta.


Si acaso un día pasaras por aquí cerca
perdóname el desorden de mi mundo.
Te encontrarás siempre la puerta abierta
para pedirte el resto de un segundo.


Si tú me dieras lo que te sobra de un beso
si me regalas lo que dura una mirada
si me dejaras...


Si me dejaras al menos todo eso,
si me dejaras al menos todo eso
podría tenerte a ti, sin tener nada.


No es el momento de cambiar el rumbo de tus pasos
ni de pedirte que me dejes el recuerdo de un abrazo.
Temes de nuevo que el abrazo lleve al beso
que ese beso te traicione y no te deje partir.

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